The construction industry is a substantial sector of the worldwide economy. It is one of the mainstays of the economy in most countries, contributing significantly to socio-economic development. However, it is also globally recognized as one of the most hazardous industrial sectors, with a long history of high injury and fatality rates. During 2015 in the United States, out of 4379 worker fatalities in private industry, 937, or 21.4%, were in the construction industry (OSHA 2015). In addition, the construction sector also ranked fourth among the sectors with high rates of fatal occupational injuries, with 10.1 per 100,000 full-time equivalent workers. In the United Kingdom, out of 247 fatalities during the period 2015/16, 45, or 18%, occurred in construction (HSE 2016). In Colombia, injury rates in the construction industry show an increasing trend, remaining higher than other industrial sectors (6.8 fatal injuries per 100,000 workers)(Fasecolda 2013).
Poor safety performance in the construction industry is very often attributed to the inevitably hazardous nature of the work, and/or to the poor behavioral choices of individual workers in that hazardous environment (Ringen et al. 1995; Gervais 2003). However, an inherent characteristic of the construction sector is the job fragmentation, which brings multiple contractors and subcontractors who perform tasks simultaneously and in close proximity, putting workers at risk not only due to their own performance but also due to other workers' practices and procedures (Gervais 2003; Lingard and Rowlinson 2005). The dynamic environment makes it difficult to anticipate, and thus control, hazards in a timely manner. This aspect of the construction sites brings the imperative need for approaches that are able to interpret the daily reality of the construction sites.
Perceptions of safety from those responsible for establishing policies and procedures, and for those promoting their execution at the worksite, must be integrated in order to address comprehensive safety interventions. While workers' perceptions are relevant to understand gaps occurring between formal policies and those in use, understanding perspectives from personnel positioned to implement the necessary changes to enhance workers' health and safety is a priority as well. Unlike injury rates and lost-time days reflecting workplace safety performance retrospectively, perceptions might be used as a leading indicator, which offers a proactive route for improving aspects affecting worksite safety.
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La industria de la construcción es un sector fundamental de la economía mundial. Es uno de los pilares de la economía en la mayoría de los países, contribuyendo significativamente al desarrollo socioeconómico. Sin embargo, también es mundialmente reconocido como uno de los sectores industriales más peligrosos con una larga historia de altos índices de lesiones y fatalidades laborares. Durante 2015 en los Estados Unidos, de 4.379 muertes de trabajadores en la industria privada, 937 o 21,4% trabajaban en la industria de la construcción (OSHA 2015). Además, el sector de construcción también ocupó el cuarto lugar entre los sectores con más altos índices de accidentes de trabajo mortales, con 10,1 por 100,000 trabajadores equivalentes a tiempo completo (full-time equivalent workers). En el Reino Unido, de 247 muertes durante el período 2015/16, 45 o 18% se produjeron en la construcción (HSE 2016). En Colombia, las tasas de lesiones en la industria de la construcción muestran una tendencia creciente, permaneciendo superior a otros sectores industriales (6.8 accidentes fatales por 100,000 trabajadores)(Fasecolda 2013).
El pobre desempeño en seguridad en la industria de la construcción se atribuye muy a menudo a la naturaleza inevitablemente peligrosa del trabajo y / o a las pocas opciones de comportamiento seguro de los trabajadores en ese ambiente peligroso (Ringen et al. 1995; Gervais 2003). Sin embargo, una característica inherente del sector de la construcción es la fragmentación del trabajo que lleva a múltiples contratistas y subcontratistas que realizan tareas simultáneamente y en estrecha proximidad poniendo a los trabajadores en riesgo no sólo por su propio desempeño sino también por otras prácticas y procedimientos de otros trabajadores (Gervais 2003; Lingard and Rowlinson 2005). El entorno dinámico hace que sea difícil anticipar y así controlar los peligros de manera oportuna. Este aspecto de las obras plantea la necesidad imperiosa de enfoques capaces de interpretar la realidad cotidiana de las obras de construccion.
Las percepciones de seguridad de los responsables de establecer políticas y procedimientos y de aquellos que promueven su ejecución en el lugar de trabajo deben integrarse para implementar intervenciones de seguridad integrales. Si bien las percepciones de los trabajadores son relevantes para comprender las discrepancias que se producen entre las políticas formales y las que están en uso, también es una prioridad entender las percepciones del personal dispuesto a implementar los cambios necesarios para mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores. A diferencia de las tasas de lesiones y los días de ausentismo que reflejan el desempeño de la seguridad en el lugar de trabajo de manera retrospectiva, las percepciones de seguridad podría utilizarse como un indicador que ofrece una forma alternativa para mejorar los aspectos que afectan la seguridad en el lugar de trabajo.